Dueñas de las lágrimas, amas absolutas del disco y las tragedias, las hadas de los caballos nos trataron muy mal en estos días… Primero fue el cólico, artero y feroz, que terminó con Roman Ruler, ese yanqui adorable que dio decenas de grandes corredores, talentosos en la corta y en la larga… Y este sábado en Palermo las mismas hadas, caprichosas, nos hicieron sufrir al ver con una mano en el aire a la pinga Sassagoula Springs, zaina mitad viento mitad vértigo… Fue en los 400, cuando la ligera de Heritage venía adelante en el Clásico Francisco Bosch, llegó la hora de correr en serio y la Grand Reward pareció “engancharse”, según contaría luego Altair, generando un escalofrío que recorrió las tribunas cuando sofrenaba gravemente herida, jugando en esos metros la suerte no ya de su campaña, sino la de su vida.
El problema, según comentaba luego el desolado entorno de la ganadora del Maipú (G1), habría sido en el calzado, una de las herraduras se habría movido y causado el accidente, pero al fin de cuentas eran conjeturas que nada podían hacer con la realidad, intentos de explicar el destino de la zaina, un destino que con la Grand Reward fue agridulce: la dotó de una velocidad sobrenatural, muy por encima de la media, pero fue avaro con ella, casi despiadado, a la hora de la suerte que tendría en su salud, porque de potranca una seria fisura en una caña puso su futuro en jaque unos cuantos meses, hasta que pudo recuperarse. Y cuando parecía que esos nubarrones habían quedado atrás, llegó esta nueva zancadilla con diagnóstico de sesamoides, para que sus 9 victorias en 14 salidas queden selladas en el recuento final de una ligera maravillosa. Como corredora la zaina entrenada en la primera parte de su campaña por Marcelo Sumpf y luego por José Luis Palacios lo tuvo todo, dominó la recta del pasto con una seguidilla inolvidable que terminaría en aquel match para la historia con Tirolesca (paradójicamente una Roman Ruler…), y a fines del año pasado con el Maipú saldó la deuda que tenía con la arena, mostrando que su nivel de Grupo 1 no se limitaba al verde del Jockey Club.
Falló en última instancia en el Unzué, mandando hasta los 400 y cansándose antes de tiempo, sin saber que aquella tarde se despedía para siempre de ese terreno que fue su amigo más fiel, y la llegada de este sábado a Palermo suponía un compromiso de foto casi obligatoria para la defensora de Heritage Stud, que salió adelante como siempre, cruzó la cancha hacia fuera con luz, llegó a los 400 siempre en la punta ya cerca de la verja, hasta que llegó la lesión y la despedida de una yegua adorable. El papel dirá que ganó los clásicos Islas Malvinas (L), Velocidad (G3), Estrellas Junior Sprint (L), propietarios (L), Condesa (G3), Suipacha (G1), Condesa (G3) y el Maipú (G1) que citábamos, con casi 2 millones de pesos en premios… Queda esperar que todo marche sobre rieles en esos meses que vienen de yeso, para que la temporada de servicios la reciba con los brazos abiertos, inaugurando otra carrera, acaso con alguno de sus hijos heredando esas alas que tenía aunque no se le vieran… Adiós pinga, suerte con esa manito y gracias.
Hugo Bordoni
Fuente: TurfDiario.com