Sassagoula Springs es una yegua diferente. Por su calidad, por su categoría, por su historia de vida, casi de película. Es una fenómena en la recta, y lo demostró ayer aniquilando a sus rivales en el Gran Premio Maipú; Copa Haras Firmamento (G1-1000 m) en la que -al menos para este cronista- fue la mejor actuación de su campaña. Del retiro a la gloria medió una decisión para la hija de Grand Reward; del resto se encargó ella, poderosa, inexpugnable, pese al traspié inesperado del Suipacha (G1) que venía de sufrir. Fue la que tomó Diego Franceschini, su propietario, que resolvió que el tiempo para enviarla a la reproducción tenía que esperar para salir a buscar el desquite grande tras ese distanciamiento por tratamiento prohibido en el Unzué (G1) de 2015 que golpeó profundo. Cambio de preparador mediante, José Luis Palacios supo encontrar en Sassagoula Springs esa furia que ya había exhibido en manos de Marcelo Sumpf, su formador. Y también supo cambiar tras la derrota dura. Del Suipacha al Maipú, Sassagoula bajó diez kilos (ayudada mucho por la siempre útil pileta), y por primera vez corrió con la lengua atada, detalle a la postre fundamental. Se notó, porque, a diferencia de la tarde de San Isidro, fue una tromba desde el salto, volvió a sacar de ritmo a sus rivales y dejó para el final la frutilla de la torta, rematando plena, a brazada pura, cosa complicada siempre para los caballos que salen tan ligero. La yegua de Heritage Stud completó su hazaña en impresionantes 54s47/100 (el mejor tiempo del día sobre una arena algo brava) y con tres cuerpos de ventaja sobre Santillano (Easing Along), que esta vez nada pudo hacer para alcanzarla. A la cabeza, en tanto, el rosarino Ultima Vuelta (Roman Ruler) se colgó de la trifecta.
“Quiero verla en la arena, porque ella de mañana es igual de rápida allí que en el pasto”, decía hace unos meses Franceschini, cuando su niña mimada había vuelto al stud. Y para el propietario la hora de ese desafío llegó ayer, con el mejor resultado. Cabe decir que la única experiencia de la zaina en esa superficie había sido una floja labor en el Casares (G2) de 2015. Todo abierto está entre los velocistas, cuyo gran campeón se definirá dentro de un mes en el Félix de Alzaga Unzué de San Isidro. Es la otra gran cuenta pendiente para Sassagoula Springs, que ahora enfrentará tan trascendente carrera agrandada, en su mejor nivel. Santillano, seguro, buscará tener revancha y sobradamente mostró ya que intentará hasta el final dar vuelta el resultado del sábado. Sassagoula Springs es crack en la recta. Puro corazón y calidad. El Maipú fue un premio enorme para ella, pero también para su gente. Quizás, porque los caballos son una máquina de cumplir sueños.
Fuente: TurfDiario.com